Minibasket: el gran momento para enseñar valores

LAURA GARCIA HIGUERAS
El viernes 21 de diciembre tuvo lugar en el Colegio San Agustín, y en conjunto con la Asociación Española de Entrenadoras de Baloncesto (AEEB), el Seminario Sobre Minibasket. Una actividad que se convirtió en un debate sobre los valores, entrenamiento, competición y salud en estas categorías.

El acto, dirigido por el Responsable del Área de Formación de la Asociación de Baloncesto Colegial, Juan José Hernández Liras, fue introducido por el representante de la AEEB, Fernando Ruiz Paz. Desde un primer momento, se hizo especial hincapié en el hecho de que el reconocimiento y respeto en Minibasket es esencial para la evolución del niño: “los cuatro primeros años son fundamentales para lo que vaya a pasar después”. Una jornada en la que se realzó la figura del entrenador, principalmente en estas edades tan tempranas en las que, como comentó Ruiz Paz: “los niños si hay alguien a quien de verdad hacen caso es al entrenador”.

David Acebes, responsable de baloncesto en el Colegio Instituto Veritas, añadió que “con un jugador mini tú eres su líder por encima de sus padres, familiares y casi del mundo entero. Algo que luego con el paso del tiempo es muy difícil luchar contra ello. Si después, con más de 18 – 20 años intentas transmitírselo a alguien que no lo tenga interiorizado es muy difícil que vaya a poder hacerlo. Por ello, es fundamental que aprovechemos esas edades tempranas del minibasket para generar buenos hábitos”.

Otro tema introducido Fernando Ruiz y sobre el que se plantearon distintas propuestas es el sistema de competición, invitando a dar más importancia a las no regladas: jugar 2x2 o 3x3 en las que la labor del entrenador se limite a asesorar y “no estar diciendo en cada momento cómo tienen que hacerse las cosas. Hacer competiciones conectadas con objetivos educativos y de diversión, rechazando la exigencia referida a la victoria o a la derrota”.

A propósito de este punto, David Acebes apuntó: “tenemos un riesgo durante toda la etapa de formación que es caer en las trampas y tentaciones que te da la competición. Tanto como entrenador como jugador. Al final acabamos fomentando cosas que los chavales pueden hacer compitiendo, no las cosas que pueden hacer como personas. Y a la larga se paga, porque te acaba haciendo tomar decisiones que pueden ir en contra de esos valores. Por ello Mini es el gran momento para enseñar valores”. Pero no basta con educar en valores, “hay que ser muy coherente y rígidos con los valores que elegimos. Si queremos premiar el compromiso hay que conseguir que lo interioricen de verdad”.

Fernando Ruiz Paz hizo también alusión a cómo las propias instituciones y competiciones debían responsabilizarse de esta enseñanza a los jugadores y jugadoras. “Si las instituciones permiten que malas actitudes como insultos desde la grada, ¿qué van a aprender los niños?”.

En cuanto a la salud, debe cuidarse tanto la física, tratando de que paren lo mínimo posible durante los entrenamientos; como la emocional. Como señaló Ruiz Paz: “los entrenadores tenemos que desarrollar que el entorno en el que juegue el niño sea agradable”.

En todo momento se sucedieron las diferentes intervenciones de los asistentes, en las que cada uno trató de aportar su punto de vista, así como plantear nuevos interrogantes. Se insistió también en la necesidad de que los chicos y chicas han de volver contentos a casa y con algo nuevo que hayan aprendido durante esa sesión en concreto. Y así, conseguir el reconocimiento por parte del jugador a su entrenador y colegio. También, incidir en el compromiso desde bien pequeños. Es cierto que en estas categorías los que llevan a los niños a los partidos y de los que depende su asistencia y puntualidad son los padres, pero cuanto antes los niños se acostumbren a alimentarse bien y a venir preparado y uniformado mejor. En palabras de Gabriel Alemany, de JGBasket “todo lo que cultives en el equipo es algo que tienes ganado para el futuro. Lo más importante es que sientan que han aprendido cosas”. Eso sí, “un entrenador tiene que saber mucho y simplificar mucho”.

Samuel Díaz Ponce, también de Veritas, coincidió cómo “el niño que tiene un entorno que le favorece la práctica del baloncesto va a aprender más”. En definitiva, “el objetivo tiene que ser el niño. La competición se debe usar sólo como un incentivo”. Para él, “mini es el baloncesto de verdad”.

Para Rafael Peiró, del Colegio Estudio, la clave está en “quién enseña y qué formación tiene el que está enseñando a los niños. Porque esa personas es la clave para que la competición sea buena o mala, o que derive en cualquier otra cosa. Si esa persona funciona va a controlar a niños y padres”. Otro aspecto fundamental es cuándo se empieza: “hay que conseguir que la gente que entrene a niños de minibasket tengan los mejores conocimientos posible o estén muy bien coordinados por el Director Técnico que les vaya a ayudar a saber qué es lo que tienen que hacer”. Al igual que los árbitros: “hay que conseguir que esa persona también tenga la formación para pitar a niños pequeños”.

Jesús Pérez – Castilla, del colegio San Agustín, quiso compartir cómo trabajan ellos en las categorías de Minibasket, sobre las que están muy encima. Señaló cuatro ideas básicas en las que ellos insisten mucho:

-La Técnica Individual: que los niños sean capaces de dominar el balón como si fuera una prolongación de ellos mismos. Olvidarse de que tengan que controlarlo para poder jugar, ya que eso les impide controlar otro montón de cosas y entender lo que está sucediendo.

-Intentar dominar el juego: tratar de hacer muchos ejercicios en los que también tengan que tomar decisiones, que no todos sean lineales.

-El Tiro: trabajar mucho volumen y poco a poco ir corrigiendo la mecánica. Lo importante es que entiendan cuándo es una buena opción de tiro y cuando no. Y que cuando sea buena, tiren, aunque puedan fallar.

-Competición: en la que hay que corregir y ayudar a los jugadores igual que si fuese un entrenamiento. Esto implica que el objetivo para un jugador en el partido no puede ser siempre el número de puntos que haya anotado. Hay que marcar otros objetivos como defender bien, coger rebotes, dar asistencias, etc. Ser capaces de premiar muchas parcelas diferentes del juego y que no haya sólo dos chavales que se vayan contentos a casa; el que ha metido 20 puntos y el que ha metido 18.

Además, quiso hablar sobre el trato y entorno que se crea alrededor de los jugadores, en cuanto a la presión de la competición y de lo que ocurra en la grada. “Tenemos que intentar de cara a los chicos y chicas quitarle un poco de trascendencia al resultado final, a la victoria y a la derrota. Son componentes del juego y hay veces que se gana y otras que se pierde. Quizás el entorno te afecta un poco menos cuando lo que vaya a suceder no es dramático”. Y así conseguir que puedan enfrentarse de mejor forma a todo tipo de situaciones.

Dentro de lo que las sesiones de entrenamiento deben incluir, Rafael Peiró señaló que “lo importante es el ejercicio, sino el objetivo. Hay millones de ejercicios, el problema es cómo los hagas tú después”. A lo que Jesús Pérez – Castilla sumó que “tienes que tener el objetivo muy claro porque te va a marcar lo que tienes que corregir de lo que estén haciendo”.

Y así, después de dos intensas horas de debate, intervenciones y comentarios, Juan José Hernández Liras se encargó de cerrar el evento, agradeciendo a la AEEB la iniciativa así como a los asistentes por su participación. Pronto seguiremos con nuevas actividades de Formación, valorando su importancia igual que se hizo el pasado lunes la del Minibasket como etapa fundamental para enseñar los valores que van a marcar la vida de las personas a las que estemos entrenando.