EDITORIAL. Sin Nosotros No Hubiese Sido Posible

Estamos viendo como en la diferentes categorías, tanto profesionales como de formación, se van acabando las competiciones. De una forma u otra, pero van culminando esta temporada tan complicada. ¡Se han conseguido sacar adelante!

Para ello ha habido una cadena de esfuerzos de todos los actores intervinientes a cual más exigente: practicantes, clubes, familias, instituciones, sanitarios y por supuesto entrenadoras/es. Nadie ha tenido el manual de usuario para casos de pandemia, pero todo el sector ha puesto su máxima voluntad para sumar y llevarlo todo en la dirección más correcta posible.

Si me refiero a la parte que a los entrenadores/as nos ha tocado liderar, hay que dejar claro que desde las planificaciones, entrenamientos, dirección de partidos y el manejo de las situaciones emocionales de los equipos y de las personas, ha sido desarrollado desde la novedad, la adecuación a cada momento, la capacidad creativa y sobre todo desde la responsabilidad solidaria que hemos incrementado enormemente.

Desde siempre, el compromiso que los entrenadores/as hemos manifestado ejerciendo nuestra actividad para el desarrollo personal, educativo y deportivo de nuestros jugadores/as ha sido una referencia en el entorno donde actuamos. En esta temporada mucho más. Educar, formar personas y enseñarles a jugar forma parte del ADN de los entrenadores/as. Sus familias nos otorgan la confianza y nosotros asumimos las responsabilidades. Siempre ha sido así, pero la situación que vivimos nos ha hecho ser más importantes para con todo.

Nunca hemos dejado de invertir ni un minuto en apoyar a nuestros practicantes en cada una de las necesidades que han planteado. Hemos tenido que redoblar los esfuerzos con muchas inseguridades sanitarias, logísticas y emocionales, pero hemos estado allí donde se nos esperaba para liderar un entrenamiento, organizar un partido, acompañar en los momentos difíciles de nuestros jugadores/as, de sus familias, de los clubes, llevando a la realidad todo aquello que otros actores iban planteando: competiciones, normas deportivas, sanitarias, de movilidad, de grupos, etc. Con dudas, pero con continuidad, esfuerzo y generosidad.

Todo lo que hemos dado no puede quedar en el olvido. Es el momento que las cuestiones históricas pendientes se resuelvan y no es posible que, con lo que hemos liderado, volvamos a ser anónimos en todos los sentidos. Ha llegado el momento que nuestras exigencias de estos últimos años se conviertan en realidad. El sector debe entender que a los entrenadores/as se nos debe aquello que en los otros sectores educativos y formativos equivalentes ya tienen. Merecemos la cobertura laboral que sea, sin pedir más que lo que se ajuste a la actividad que desarrollamos. Cubrir las responsabilidades da sentido a que las niñas y niños que ponen a nuestro cuidado, estén bien entrenados por alguien regulado, con su titulación efectiva y con su encaje en el sistema laboral, sea de voluntariado o por cuenta ajena. Y eso no va contra nadie. Va a favor de todos.

Recientemente el presidente del CSD, José Manuel Franco, exponía en una presentación el valor e interés que el deporte puede aportar a lo que se llama Empleo Joven. Que nuestros entrenadores/as puedan iniciar su historial laboral a través de haber sido correctamente contratados es generar prosperidad para su vida y las de sus futuras familias.

Ha llegado el momento de responder a los esfuerzos de todos. De los nuestros también.

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