Miguel Ángel Hoyo: Sentirse importante de nuevo en Guinea Ecuatorial

El técnico español acude a África para volver a dirigir como primer entrenador un equipo profesional

En la isla de Bioko, al oeste del Golfo de Guinea se encuentra Malabo, la capital y la ciudad más antigua de Guinea Ecuatorial. Ex colonia española hasta 1968, allí el baloncesto, sin llegar al nivel de popularidad del fútbol, ha comenzado de un tiempo a esta parte un interesante camino. Y esa ruta la ha decidido seguir Miguel Ángel Hoyo (Ceuta, 1973), desde el mes de noviembre en el país africano, uno de los más pequeños del extenso continente. Hoyo cogió las riendas de los Malabo Kings, tras varias temporadas como asistente en Granada y la última trabajando en los despachos del Ourense, con la ilusión y las ganas de volverse a sentir en primera línea. Inmerso en la pretemporada “porque aquí todo va un poco al ritmo de Guinea, sin plazos marcados”, confía en empezar la competición en febrero. “Es un torneo joven, semiprofesional, que lleva solo tres temporadas”, declara a la AEEB en conversación telefónica.

Claro, que este joven entrenador no puede esquivar la pregunta que le hacemos a todos los que emigran en busca de un trabajo, de una experiencia en los banquillos extranjeros. ¿Por qué Guinea Ecuatorial?

“Es verano, yo ando buscando trabajo y mantengo una amistad con un jugador sueco de mis años como entrenador de EBA en el Sarria. Él me dice que hay un equipo del país nórdico interesado en mí. Bueno, al final eso no sale adelante, pero a la semana siguiente el jugador me vuelve a llamar para decirme que en Guinea Ecuatorial, en los Malabo Kings, piensan en mí para hacerme con el equipo. El sueco conoce al director deportivo del club y desde Guinea Ecuatorial vienen a Galicia a proponerme marchar allí a hacer una especie de prueba de diez días. Así que marchoa Malabo y el último día me dicen que me quieren hacer una oferta”.

Miguel Ángel Hoyo aceptó. “Deseaba volver a ser primer entrenador, sentirme una pieza importante en el baloncesto. Las condiciones son todo los buenas que pueden ser para un sitio como Guinea Ecuatorial. Está bien el hecho de que la mayoría de los directivos posean una formación de los Estados Unidos, porque ayuda”.

Sin embargo, existen otras cosas que no son tan sencillas. “Entreno al aire libre, que por mucho que sea África, no dejas de trabajar en una pista de goma. Me llegué a encontrar con tres balones y trece jugadores, no tengo fisioterapeuta. Obviamente, los medios no son los que pueda haber en una liga de Europa y eso tira para atrás a muchos jugadores a la hora de venir aquí”.

Ser competitivos en África, a corto plazo

Malabo Kings son favoritos a alzar el título nacional guineano, pero en un futuro cercano Hoyo trabaja para que continentalmente el plantel pueda competir dignamente en los torneos internacionales. “Lo que sería la Euroliga de África es en lo que estamos muy centrados. En tres años se quiere tener un cierto nivel para poder competir con otros equipos africanos. Ahora mismo estamos muy lejos de los clubes de Angola, que son los que tienen el dinero y los mejores jugadores. Tengo contrato hasta julio porque una vez acabada la liga jugamos una fase de clasificación para la ‘Champions’ africana, ya que África es muy grande y no se puede sostener un torneo toda la temporada, por lo que se reduce en fechas y a diversas sedes. Hay rivales con los que podemos competir, pero repito estamos lejos de los mejores”.

Y tanto que se refiere al nivel de los otros, le pedimos que especifique más sobre el de sus jugadores. “El nivel del guineano es medio en cuanto a exteriores se refiere. Hay cierta calidad. Interiormente…no hay hombres altos por lo que tenemos que recurrir a fichar extranjeros. Podemos tener hasta cuatro, aunque solo tres en acta por partido y dos jugando a la vez. La ‘Champions’ autoriza únicamente dos por lo que mi deseo es contratar a tres extranjeros. Por lo visto y entrenado hasta ahora, aquí se lleva el estilo del baloncesto africano, menos organizado tácticamente que el europeo y donde prima la fuerza física, el atleticismo y más situaciones de finalizaciones en llegadas, con menos control del timing del juego”

Hoyo intentará imponer cosas traídas de Europa, pero con la mente abierta “Tengo claro que cuando llegas nuevo a un sitio no puedes pretender que todos se adapten a ti. Un club tiene una organización, un país y un baloncesto. Tienen un estilo y no todos se pueden adaptar a ti; lo que yo pretendo es coger cosas que se hacen aquí e ir adaptándolas algo a ideas mías, lo mismo que algunas ideas mías deben ser flexibles y adaptarse más al estilo que ellos están habituados, porque los cambios traumáticos no tienen efecto a corto plazo; creo más en el equilibrio y en la unión de los diferentes estilos”

“Lo que más me ha costado, y ahí sí estamos trabajando por adaptarse más a mis ideas, es en el volumen de trabajo. El año pasado los Malabo Kings entrenaban 2 o 3 días a la semana; ahora hacemos 2 o 3 sesiones de entrenamiento diarias, trabajando en el gimnasio, técnica individual y el trabajo táctico. Todo eso es lo que nos ha costado mucho porque los hábitos de entrenamiento no eran esos y ha supuesto un impacto grande, pero ese si era el motivo de porque yo venia a Guinea Ecuatorial, porque queríamos, club y yo, trabajar igual que en cualquier equipo profesional de cualquier liga. Ahora 7 semanas después ya vamos adaptándonos a un cambio tan profundo”.

Sobre defensa y ataque, parece tenerlo claro.

“En líneas generales me gusta un baloncesto agresivo en defensa, con mucha actividad y con alternancias defensivas. También he pensado en intentar generar problemas tácticos a los equipos que estén menos trabajados. Ofensivamente me gusta que el jugador tome sus propias decisiones en la cancha y dentro de eso tenemos un juego por conceptos donde el jugador siempre es libre de poder jugar su 1x1 si tiene el balón y de jugar sin balón en función de lo que haga su compañero. Intento que el jugador piense y sea capaz de leer y entender el juego”.