Generadores de ilusión

24 intensas horas de baloncesto, impregnados todos los asistentes de esa fuerza que mueve nuestro deporte desde muchas décadas atrás y que radica fundamentalmente en la ilusión. Y, enmarcado en un desafío inolvidable, un enriquecedor debate entre entrenadores.

“Aconsejo a los entrenadores de selecciones no ser previsibles, prepararse para cualquier sorpresa que pueda plantear el rival y conseguir sacar el máximo rendimiento del equipo en función de sus características. A partir de ahí y desde el liderazgo, convertirse en generadores de ilusión”. (Ángel Palmi)

La complicidad entre los entrenadores, inmersos cada uno en diferentes realidades pero unidos por un nexo común como es la pasión por el baloncesto, envolvió el desafío Plata-Oro. Intercambio de ideas, valoraciones sobre lo que ha sido y sobre lo que se presenta por delante, análisis deportivos y también sociales y, como no, económicos. El baloncesto no vive una realidad distinta a la coyuntura del país y por lo tanto todos, directivos, jugadores y entrenadores han debido adaptarse a estos tiempos donde poder dirigir un equipo en cualquiera de las ligas profesionales españolas es un privilegio y donde mayoritariamente esos elegidos tienen que doblar esfuerzos obteniendo en la mayoría de los casos menos emolumentos. Vamos, como cualquier otro trabajador en España.

Andreu Casadevall, veterano y por lo tanto conocedor de muchas y diferentes etapas de nuestro baloncesto en los últimos años definía perfectamente la situación actual desde un pragmatismo necesario y que en modo alguno chocaba con el imprescindible componente de ilusión. “Nos adaptamos a nuevas circunstancias y como entrenadores nos obligamos a hacer nuestro trabajo con la máxima eficacia de la que seamos capaces”. En este mismo sentido Joan María Gavaldá, Presidente de la Asociación de Entrenadores recordaba “la realidad que se vive ahí fuera” a la vez que encorajinaba a “seguir liderando proyectos deportivos desde todas y cada una de las realidades”.

Porque si algo ha caracterizado siempre a los buenos entrenadores es su capacidad para gestionar los diferentes proyectos que caen en sus manos con máxima profesionalidad independientemente de la categoría o la remuneración. De trasladar esa realidad de la pista a su entorno, de hacer valer la fuerza del baloncesto desde sus principios deportivos en la dinámica de los clubes. Roberto González, entrenador de Liga Endesa la pasada temporada y de Primera Nacional éste confesaba, delante de todos sus colegas que “siempre me sentido un profesional del baloncesto, entrenando un equipo infantil o un profesional de ACB. Somos entrenadores y por lo tanto nos adaptamos a los jugadores”. Y esa reflexión del técnico vallisoletano intentaba contrarrestar otras dirigidas hacia la teoría de las diferentes versiones de juego que sea aplican en Liga Endesa, en Adecco Oro o en Adecco Plata. Jaume Ponsarnau las definía en el sentido que unas eran de mayor rigor y por lo tanto menos riesgo, otras con mayor riqueza táctica pero Sito Alonso interpretaba las realidades más enfocadas hacia características de entrenadores y equipos y no tanto ligas, - “esa crisis económica se está convirtiendo en una gran oportunidad para hacer otro tipo de apuestas deportivas”, afirmaba Sito -. Porque en esa reunión, con presencia mayoritaria de entrenadores Adecco se unían ex ACBs y se sumaba el Seleccionador Juan Orenga valorando el nivel de baloncesto en la Ligas Adecco como “muy alto tanto por las propuestas tácticas como por la calidad de jugadores de diferentes generaciones”.

CUARENTA ENTRENADORES EN EL ESPACIO 2014

Y ahí, en esa diversidad de edades de jugadores encontraba el debate una riqueza especial porque cualquier conversación entre entrenadores acaba derivando siempre hacia la inquietud por la mejor formación de los jóvenes. Carles Durán, que en su equipo mezcla generaciones invitaba ponerse como reto “mejorar a nuestros jugadores independientemente de la edad que tengan y como un objetivo prioritario”. Joan Peñarroya echaba de menos más jugadores jóvenes en Adecco Oro y Joaquín Prado un excesivo tiempo de inactividad competitiva que podía dificultar el acceso a la élite de estos jóvenes “que tienen que competir con otros jugadores más expertos que llevan a muchas temporadas de nueve y diez meses a sus espaldas”. Gonzalo García presentaba en sociedad ese “circuito Sub20” organizado por diferentes clubes en Galicia que precisamente busca el objetivo de no dejar de jugar. Todos intervenían en una noche que nuevamente alargaba el debate hasta la madrugada en medio de un ambiente distendido, positivo, ilusionante.

Prácticamente todos, de los veintiséis entrenadores de la Ligas Adecco, se personaron en el Desafío y los que no lo hicieron fueron en su mayoría por impedimentos personales. Junto a los técnicos de la Federación Española sumaron casi cuarenta invirtiendo veinticuatro horas en intercambiar opiniones, en compartir experiencias y sensaciones. Desde el Área Deportiva dirigida por Ángel Palmi y en las últimas semanas se han juntado seleccionadores, entrenadores y entrenadoras de Ligas Femeninas y el pasado fin de semana entrenadores de Ligas Adecco. Las conclusiones nos llevan a que el baloncesto vive infinitas realidades en cada uno de los clubes y sin embargo el entrenador ha de tener los conocimientos y la motivación para hacer de cada uno de sus proyectos, el mejor. Alberto Gómez, gran conocedor desde su experiencia de las muchas y diversas circunstancias que rodean a nuestro deporte se felicitaba de ver en el Espacio 2014 a “entrenadores de diferentes generaciones unidos por la ilusión del baloncesto”. Ese fin de semana de Desafío Plata-Oro las Competiciones FEB sentían claros síntomas de recuperación desde la confirmación de muchos clubes de un deseo de querer formar parte de ellas. José Luis Sáez, transmitía ese mismo día la importancia “de seguir liderando e impulsando el baloncesto desde unas competiciones fundamentales para su desarrollo. Los entrenadores son la pieza clave para seguir consiguiendo ese objetivo”.